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¿Seremos dependientes de la IA como lo somos de Internet?

Desde que llegó Internet al móvil no paramos. Cómo ya se dijo sobre el uso de Internet, se lo utiliza para todo. Y ahora encima se suma la inteligencia artificial (IA). Vino así sin más, sin avisar ni pedir permiso. La pusieron al alcance de cualquiera. El poder y trascendencia que se tiene es interminable y sorprendente. Y en manos incorrectas, puede hacer estragos. Acá ya corre la imaginación "humana" pero también de la misma IA, que avanza en busca de la perfección. Ya desde nuestra parte (la humana) hay que saber, por ejemplo, cómo escribir un prompt (la orden que se le da a la herramienta IA para que interprete lo que se quiere obtener). Comprendamos que no hay un techo, ¿o sí? Se consigue, desde comprensión/análisis de documentos o textos, pasando por resúmenes, realización de código y hasta creación de imágenes y/o vídeos del tipo que sea o se quiera.
Ahora, ¿se la regula a la inteligencia artificial? ¿pero quién o desde donde se la regula? ¿hay un límite para su uso o abuso? ¿todo es válido? Son muchas preguntas que ni la propia IA podría contestar, al menos no de manera racional.
Todo lo anterior podría entrar en la categoría de software, pero que pasa con las maquinas o robots ya automatizados y cada vez más reales e inteligentes. No sólo podemos tener mascotas robotizadas como un perro, una máquina que corte el césped sin intervención humana u otra que acomode mercadería en algún comercio, también existen esos androides qué nos salvará en nuestro día a día. Serán estos los que nos faciliten con tareas rutinarias y no tantas. El límite y su uso es muy amplio.

A medida que nos de soluciones y faciliten nuestra labor diaria, nos vamos a ir acostumbrando a su dependencia como ya hace tiempo lo somos de Internet. Sera nuestro copiloto (por cierto, nunca mejor puesto el nombre por parte de Microsoft). Entonces, mientras aprende con nosotros y nos asiste de cualquier situación ¿qué nos queda como humanos? ¿en que ocupamos el tiempo? Si hasta el trabajo peligra.
Pero no se puede mirar al costado o desestimarla. Se tiene y debe aprender a convivir y a utilizarla, saber para qué nos sería de utilidad o de que forma la IA puede complementarse. Al igual que hemos ido aprendiendo sobre todo lo que rodea a Internet: Su uso, su alcance, los riesgos, etc. Con la IA no va a cambiar, tiene que ser igual. Su empleo puede traer muchos beneficios pero también sus rechazos.
Ya no sólo se trata de charlar con nuestro asistente virtual preferido y hacer consultas, solicitar alguna canción o hacer algún que otro pedido. Ahora se está inmerso a algo más grande, en donde será nuestra capacidad y necesidad la que haga la diferencia en el manejo de la IA.

En la mayoría de las veces, la llegada de semejante revolución trae consigo su parte positiva y negativa. Por ejemplo, en Internet hay demasiada información pero también desinformación o lugares oscuros a donde poder llegar y obtener ciertas cosas ilegales o anormales. Con las impresoras 3D se pueden imprimir prótesis, órganos... pero de igual modo armamentos y demás productos ilegales. Y esto mismo sucede con la inteligencia artificial, por el cual, en sujetos malintencionados la amenaza puede llegar a ser muy comprometida.

El impacto de la IA y ¿el fin de la realidad?

Si antes se dudaba de si ciertas fotos e imágenes eran reales con el tema de aplicaciones como Photoshop, que queda entonces con la utilización de la IA para la composición de videos e imágenes. Donde no hay manera de conocer o distinguir, que es real de lo que no lo es. Hay perfiles en cualquier red social creados con IA, ahí se ven imágenes (atrapantes y tentadoras) ya elaboradas. Presentadoras, especialmente estas, en diversos canales de TV u otras plataformas digitales haciendo de las suyas por obra de la inteligencia artificial.
Hasta el audio de cualquier celebridad o persona cercana se logra imitar/igualar. Consideremos la siguiente situación: un aparente audio nos llega de un familiar o conocido, diciéndonos que ha sufrido un secuestro o hurto y solicita desesperadamente nuestra ayuda. ¿Como se logra divisar de la realidad del mismo cuando esto se puede crear sin inconvenientes con la IA? Sin duda esto puede llegar a ser muy decepcionante e irreversible. Habrá que tener algún tipo de código o palabra clave interna entre familiares y allegados para remediar la situación y hacerle frente. Así, como la palabra clave de la alarma que alguien puede tener en su hogar y que el operador nos solicita/pregunta para verificar que somos nosotros los propietarios y no un intruso o desconocido.
Porque una cosa es utilizar la IA para generar avatar, audios, imágenes y hasta vídeos de cualquier objeto o cosa que se quiera. Pero otra distinta es usar lo mismo pero con rostros o audios de sujetos que resultan conocidas para uno. Aquí entra la privacidad o el derecho de la persona usada. ¿Ahora que pasa con una mascota? ¿también debe tener sus derechos?

Ir escribiendo un correo electrónico o un mensaje en algún dispositivo ha cambiado. Mientras las letras van formando la palabra elegida, aparece alguna corrección ortográfica en la pantalla. ¿Quién podría tener algún error ortográfico en estos días? No satisfecho con ese auxilio, palabras o frases que aún no se han escrito van completando lo que se tenía en mente. Adivinando o sugiriendo nuestra intención. Así, no nos sentimos solos, ni siquiera escribiendo un texto. Sin embargo, nosotros (por ahora) tenemos el control en cada momento y la decisión final. Se irá auditando.
Igual, acá es cuando se reflexiona, ¿qué podemos hacer sólo por nuestra cuenta? ¿y está "mal" que la IA esté ahí siempre con nosotros? En ese caso para quien estaría "mal". Quizás para uno mismo, al ver que no podemos realizar algo 100 % por nuestra cuenta.
Al escribir o redactar cada cual tiene su manera de hacerlo, su propia impronta, lo cual logra ser distintivo del resto. Tiene su valor agregado. Si se lo complementa con la IA, toda esa distinción se pierde, se termina, deja de ser auténtico, pero de nuevo ¿realmente eso le importa al futuro lector?

En época de la escritura sólo en papel (manuscrito), se sabía de quién era dicho texto. No sólo por la manera de hacerlo, sino y fundamentalmente, por el tipo de letra que tenía esta persona. Hasta no hacía falta leerla, se hojeaba y ya se conocía quién resultaba ser el escritor o la escritora del mismo. Imaginemos ahora con lo digital y potenciado con la IA. Resulta más complejo de distinguir. No sólo saber si fue un humano el autor, tampoco se logra conocer, puntualmente, que sujeto lo ha hecho. Se llegó tan al extremo con todo lo que rodea a la IA que cualquiera pueda relatar o hacer algo sin conocer del tema a tratar. Y no sólo texto. Lo mismo sirve para cualquier tipo de contenido, léase audio, música, vídeo o el complemento de todo eso.
Observemos la educación. Se pasó desde una Laptop para cada alumno en el 2005 (con el impulso del e-learning) al "permiso" de la utilización de la IA. Es que hasta los propios profesores les permiten a sus estudiantes que resuman cierto texto o libro usando alguna herramienta de inteligencia artificial. ¿Y los alumnos? Ya no tendrán su propio análisis, comprender un texto o el simple hecho de pensar. Cualquier problema matemático o ejercicio es resuelto por la IA en cuestión de segundos. La enseñanza en conjunto con el aprendizaje ya venía cambiando con la entrada de Internet. Ahora con la introducción y el acceso de la IA ese cambio se elevó hasta límites inesperados.

Transformación, adaptación... ¿La humanidad en riesgo?

Por todo lo anterior, ¿qué es necesario aprender o estudiar? Cuando todo se puede lograr sin esfuerzo y dedicación. Abra áreas (pocas) dónde la presencia o participación humana será una obligatoriedad, pero ¿hasta cuándo? ¿somos todos prescindibles? Se nombran varios sectores en donde la inteligencia artificial puede cumplir y desarrollar un rol preponderante, en donde la intervención de una persona es innecesaria. Entonces, labores en donde siempre estaba la destreza humana, ya con la introducción de la IA dejan de estarlo. Este sujeto cederá su lugar y tendrá que buscar una nueva función en su trabajo, o bien, otra alternativa laboral. Considerar que el humanoide o robot en cuestión no hace paros, no se toma el día, no se queja, trabaja full time sin cortes... En definitiva no genera ningún tipo de conflicto y por el momento no posee un sindicato que lo ampare.

Ahí tenemos a nuestro androide cada vez más social y comprensible. Haciendo conversaciones reales, contándonos historias de lo que sea, realizando cálculos, recordándonos fechas/acontecimientos... Es un ida y vuelta constante que fluye cada vez más natural. Se va entrenando con su entorno y con cada ser humano que se cruce. Almacena diariamente nuestras charlas y registra cada instante.
Llegará el momento que éstos no estén sólo restringido para lugares cerrados: hogares, empresas, fabricas, establecimientos, etc. Se los verá con más "libertad" en las calles, caminando y mezclado con la humanidad e incluso interactuando con otros de su mismo tipo. Aunque (esto es una percepción personal), ya hay androides entre nosotros.
Con el tema de los robots y androides me hace acordar a una situación que pasó en un hotel de Japón. En este lugar específico, los asistentes, personal de servicio y demás áreas a cubrir, son efectuadas por robots que incluso pueden estar en la habitación a la espera de alguna orden del huésped en cuestión. Para este caso particular, la persona alojada roncaba y fue en ese momento que el robot al escuchar un sonido proveniente del individuo, se acerco a la cama y le preguntó: "¿necesita algo señor?". Imagínense el gran susto que sufrió el hospedado.

¿Y después de la IA qué otro acontecimiento podría llegar con tanta relevancia? Siempre se dice que la revolución industrial e Internet son los dos más grandes sucesos de la humanidad. En su momento se nombró a la impresión 3D, pero que hayan cambiado tanto como lo hicieron las otras dos, imposible. Con la inteligencia artificial, que es lo que pasa o que pasará, ¿es o será una revolución tan grande como lo fue la revolución industrial o Internet? Su historia está en desarrollo y en gran avance, pero habrá que esperar más para ir viendo cómo influye y se involucra en la sociedad.
Que podrían decir en estos tiempos genios como John McCarthy o Alan Turing, y otros más, que han contribuido con el devenir de la IA. Bueno, de todas maneras, eso se puede "saber" haciendo uso de herramientas de inteligencia artificial. Después está en cada uno en tomarlo como veracidad o no.
Para concluir y aclarar, hay que indicar que en este artículo no se hizo uso de la IA para su confección.

Damian E. Garcia (@Elias_Dami)