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El mundo en silencio: Se inicia el primer encuentro

El tan ansiado día llegó, 11/08/2052, fecha que quedaría marcada por siempre.
Todo listo para un choque trascendental en la historia de la humanidad y quizás también para la IA. Como se comentó en el primer artículo, los locales en esta ocasión eran los robots y fueron ellos que por obviedad se inclinaron por su propio estadio. El mismo estaba ubicado en una isla artificial, allí se podía llegar de todas las maneras posibles (por aire, por agua, por tierra). Poseía una capacidad de 125.000 espectadores, el cual se ocuparía en su totalidad. Con gran cantidad de accesos, un estacionamiento subterráneo envidiable, pantallas gigantes alrededor del recinto —para aquellos que no tenían su lugar en el estadio y así poder seguirlo—. Hasta su propia tribuna tenía cada pantalla, la cual, al igual que el estadio, ostentaba como sensores que hacían techar el lugar de manera automática en caso de que la lluvia se presentara. No había caso, investía la mejor tecnología jamás hecha para un estadio. Tecnología al 100% y creada por los androides.
El estadio se ha ido fabricando para este partido, y el próximo, en caso de corresponder. Sería su inauguración. Así que resultaba ser una novedad. Los humanos que iban llegando a las inmediaciones no querían perderse nada y estaban dele de guardar cada momento, tanto de aquellos que aún utilizaban celulares como los que poseían gafas inteligentes. La mayoría de los presidentes de distintos países iban arribando a la isla, cuantiosas celebridades, jugadores y entrenadores. Como era de esperar, mucha gente ligada al fútbol, pero las que no, también se hacían presente. Claro, no era sólo un partido de fútbol, el planeta estaba en juego.
Aunque, entendiendo su condición de local, lo que más se veía en las proximidades eran androides. Impresionante fue notar como el estadio se completó en cuestión de minutos. Sin duda la organización y los accesos ayudaron a semejante velocidad para los ingresos de los aficionados. Eso sí, no existían los palcos o lugares reservados. Todo era de la misma manera y de gran confortabilidad. Sólo cambiaba el valor de la entrada si se estaba detrás de los arcos o si se veía en los costados de la cancha. Tenía todas las comodidades, se esté donde se esté. Lo único que se diferenciaba era la ubicación de la prensa. Estos si tenía su espacio especial con todas las facilidades para trabajar. El mismo era muy amplio, con muchísimas cabinas. Lo construyeron sabiendo de la importancia del o de los partidos. Es que de alguna manera, todos los países estaban a la expectativa e incertidumbre de lo que pueda suceder.

Ambos equipos salían a la cancha para los preparativos. Ahí se los veía al plantel de los humanos haciendo trabajos físicos y con pelota. Aunque parezca raro los robots también se preparaban, resultaba increíble ver la similitud con los humanos, más allá de lo físico. Sus movimientos, sus gestos. En el estadio se podía ver a la gran mayoría de los humanos observando sólo a los jugadores robots y haciendo comentarios entre ellos. Los árbitros androides sólo salieron para hacer presencia y pisar un poco el césped. Estos no necesitaban nada más.
Los humanos formaban con un 4-4-2 y los once designados eran: Lev Yashin; Cafú, Cuti Romero, Carles Puyol, Roberto Carlos; Xavi Hernández, Fernando Redondo, Andrés Iniesta, Johan Cruyff, Ronaldo Nazário, Lionel Messi. En el banco esperaban: Emiliano Martinez (PO), Franz Beckenbauer (DEF), Franco Baresi (DEF), Ronald Koeman (DEF), Philipp Lahm (DEF), Sergio Busquets (MED), Diego Maradona (MED), Pelé (MED); Zinedine Zidane (MED); Cristiano Ronaldo (DEL), Alfredo Di Stéfano (DEL); Thierry Henry (DEL). Los 4 técnicos seleccionados resultaban ser: Cesar Luis Menotti, Marcelo Bielsa, Pep Guardiola y Jürgen Klopp. Realmente un plantel y cuerpo técnico que le daría miedo a cualquier rival. ¿Quién podría imaginar ver a semejantes cracks en el mismo equipo?
Los androides, que si bien eran distintos (físicamente) unos de otros, no eran "conocidos". Aunque si se sabía de ciertos jugadores, que realmente se destacaban del resto. A lo mejor estos tenían una mejor programación; que por cierto, dichos programadores (androides) también estaban en la tribuna siguiendo atentamente a sus jugadores programados. Sólo para estos partidos, cada cuál tenía en su camiseta su identificación/alias de la siguiente manera: T-1 (arquero); T-2, T-3, T-4 y T-6 (defensores); T-5, T-8, T-16 y T-7 (mediocampistas); T-11 y T-9 (delanteros). Al igual que los humanos un 4-4-2. Algunos y sólo algunos se percataron de que en el once inicial de los robots no había un T-10. Especulaban y sacaban conclusiones sobre esto. En el banco si estaba un tal T-10 y otros más T, con su correspondiente número. Según los mismos androides y en concordancia de lo que se estaba disputando, la T la habían puesto en alusión a la Tierra, que les parecía interesante como quedaba en español.
Listo, ambos equipos y los árbitros regresaban al vestuario. Ahora ya, en su próxima salida, sería para iniciar el cotejo, el que marcaría como el primer gran desafío de la historia de la humanidad y de la Inteligencia Artificial.

Comienzo del partido: primer tiempo

Luego del sorteo correspondiente, los robots movían la pelota. Un grito estremecedor se hizo notar en el estadio por parte de todos los aficionados, en su mayoría, como se esperaba, de robots. Empezaba la tenencia por parte de los androides. Los defensores se pasaban el balón. Tanto el brasileño Ronaldo como Messi que estaban más cerca del balón, no querían presionar mucho, sabiendo que esto provocaría un cansancio sin sentido. Iban regulando. Parecía que los robots no querían arriesgarse mucho, también veían a muchos compañeros siempre con marcas.
El central de los robots (T-6) tira un pase a su compañero medio (T-5), pero intuyendo tal movida Johan Cruyff se anticipa al robot e intercepta el balón. Ya en su poder, Johan Cruyff nota el pique en diagonal de Lionel Messi, es entonces que le entrega la pelota a sus pies. La afición se ponía de pie. T-1 sale de su arco queriendo achicarle sus posibilidades. Notando el movimiento del arquero, desde la media luna del área, Messi inteligentemente pone su botín izquierdo por debajo del balón, picándolo. La pelota se eleva por sobre el T-1 y sólo pica en el césped cuando este entra al arco. Un golazo espectacular. El cual, a los 10 minutos, pone a los humanos arriba en el marcador por la mínima. Todos fueron a abrazar al autor del gol, pero también a Cruyff, quién supo intuir e interceptar el pase del rival y encontrar a Messi en buena posición.
Mención aparte fue el primer plano de la repetición del botín de Messi por debajo de la pelota, que hizo sobresaltar a más de uno de la marca del calzado correspondiente.
Los humanos sacaban la chapa sobre su conocimiento en este deporte. Pero aún faltaba y mucho.
Minuto 16, y de nuevo la presión alta, en este caso de Xavi Hernández en conjunto con Fernando Redondo hacían preocupar a los robots. Esta vez fue Fernando Redondo quien se la daba al brasileño Ronaldo casi llegando al área grande rival. Ronaldo hace un interesante amague (sin tocar la pelota), dejando a T-3 que lo marcaba por el piso, fue entonces que al sentirse tapado por el otro defensa (T-6), retrocede el balón con Messi, pero ni bien genera el pase hace un sprint hacia adelante, como esperando la devolución, la cual llegaría de inmediato y en perfecta forma por Messi. Ronaldo ya dentro del área remata al segundo palo con mucha fuerza, pero el arquero T-1 hace una tapada asombrosa, despejando el balón y dando un poco de respiro a los locales.
A mitad del primer tiempo el partido se fue emparejando y no se presentaban muchas emociones. Los miembros del cuerpo técnico de los robots se miraban preocupados al no ver alguna reacción de sus dirigidos, también observaban a su propio banco, quizás buscando algún reemplazo. Todo lo contrario pasaba en el banco de los humanos, que iban viendo que los suyos tomaban el control del juego. Tal fue así, que al final del primer tiempo llegaría el segundo gol. Esta vez era el delantero Ronaldo el que marcaba desde fuera del área, ubicando el balón esquinado al lado del palo izquierdo del arquero, que la llegó a acariciar, pero no alcanzó para que el mismo tocara la red. Punto final para el primer tiempo: 0-2.

Momento del segundo tiempo

Sin cambios en los humanos, pero con uno en los robots comenzaba la segunda parte. Hubo un gran griterío que se hizo notar en todo el estadio (sobre todo de los robots) al ver al ingresado con el número 10 en su espalda. Era el mismísimo T-10. Al parecer resultaba ser uno de los distintos. Y vaya si lo era, realmente empezaba a marcar la diferencia. Con una pegada y precisión en los pases, ahora si originaba preocupación a los humanos.
Cafú le hace una falta al implacable T-10 en la cercanía del área grande, por la derecha. Amarilla para el lateral brasileño y tiro libre. El mismo T-10 acomoda el balón en el lugar correspondiente y luego de la orden del árbitro, con un zurdazo inhumano hace un gol impresionante al ángulo izquierdo del arco defendido por el soviético Lev Yashin. Minuto 13 del segundo tiempo y ahora el encuentro estaba 1-2 a favor de los humanos. No se entendía del porque T-10 no conformaba el once inicial.
El cuerpo técnico de los humanos conversaba como queriendo realizar alguna sustitución. A lo mejor para tratar de contener al T-10 de ellos. Minuto 19, T-5 tira un pase por aire a T-10, la pelota le viene picando, pero este muy inteligentemente, ante la salida de Redondo, le hace un sombrero y desde afuera del área y antes que vuelva a picar, T-10 inclina un poco su cuerpo a la derecha y le pega a la pelota con destino al arco rival. El balón toca la parte baja del travesaño e increíblemente luego rebota en la cabeza del arquero, permitiendo que el esférico se perdiera por arriba del arco. Todos se tomaron la cabeza y hasta las personas humanas del estadio aplaudían el gesto técnico de T-10, el cual ya era la figura destacada por parte de los robots. Dejándose llevar, quizás por el momento, también se vio aplaudir la jugada del T-10 al presidente de Argentina, aunque de inmediato dejó de hacerlo ante la mirada fija de ciertos presidentes de otros países. Aunque el de Brasil, con algo de timidez, lo miró y le levantó el pulgar.

Entraba Sergio Busquets y salía Redondo. Los humanos empezaban a administrar y tener más el balón. Corría el minuto 32 y una sucesión de pases entre Xavi, Busquets y Cruyff hacia poner a todos de pie, sacando una sonrisa a Menotti que buscaba la complicidad con Guardiola. De golpe, se cambia de velocidad/ritmo y la pelota queda en posición de Iniesta que lo ve a Messi. El público seguía de pie, como todo el banco de los humanos. Este hace un eslalon a alta velocidad entre T-2 y T-6, al instante aparece barriendo T-4 y Messi, de manera deslumbrante, engancha para dentro, lo que provoca que el defensor siga de largo. Ahora sólo le quedada el arquero (T-1). Messi engaña que va a patear al segundo palo y coloca el balón por debajo en el primero. Anota. Messi se iba festejando levantando sus brazos y dedos índices hacia arriba con su mirada en el cielo. Un gol de los más lindo y jamás realizado. Ahora no sólo el presidente de Argentina era el que aplaudía. Encima el de Brasil le hacía una reverencia al mandatario argentino. ¿Será que estos dos eran los únicos (al menos presidentes) que estaban disfrutando del fútbol, más alla de lo que se estaba jugando?
El partido quedaba 1-3 y 15 minutos o un poco más por jugar. 2 (dos) cambios más en el equipo robot. Los humanos se dieron el lujo de poner a Maradona por Messi. Una ovación impresionante bajaba de todo el estadio.
En los últimos minutos los robots fueron y fueron. Pero tanto Puyol como Cuti Romero estaban implacables en el fondo. Anticipándose y cortando cada pelota, se los veía muy bien juntos. Más allá de alguna genialidad de T-10, no pudieron marcar. No sólo este la hacía, Maradona también llegaba a deleitar al público, a pesar del poco tiempo de juego.
Los nuevos cambios no solucionaron nada para los robots y el resultado quedo en un definitivo 1-3. En su recorrido hacia el vestuario T-10 pidió cambiar de camiseta con Messi, al cual este accedió sin inconveniente. Siendo, ambos, las figuras de este primer encuentro.
Así, entonces, los humanos sacaban ventaja en el primer partido. Estaban con ánimo y confiados para el próximo cotejo que era dentro de un mes y en el cual, encima, serían de local. Los androides se iban cabizbajos y preocupados, como su cuerpo técnico. Lo mismo sentían sus aficionados y no solo los robots.

Damian E. Garcia (@Elias_Dami)

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