El tamaño de los primeros equipos ordenadores, creados con fines exclusivamente bélicos, superaban la altura de un edificio de 6 plantas. A través de esta compleja estructura de válvulas de presión y dispositivos exclusivamente mecánicos, un especialista no podía permanecer en él más de una hora debido al excesivo aumento de temperatura que su funcionamiento ocasionaba.
Para que dichos aparatos (el ENIAC en un principio, ubicado en la ciudad de Los Angeles y su sucesor inmediato, el ENIAC II) pudiesen "libremente" trabajar era absolutamente necesario privar a toda la ciudad de suministro eléctrico, pues el equipo en cuestión precisaba de todo el aporte eléctrico disponible.
El Binac (Binary Automatic Computer), fue el primer ordenador llamado a trabajar con programas almacenados, costó millones de dólares y varios años de investigación y trabajo, pero nunca llegó a funcionar por fallos en el diseño de la máquina. La tecnología es una creación humana y, como los humanos, tiene errores.
La década de 1950 supuso un auge de la innovación, que tuvo su centro en Palo Alto, California (EE. UU.), donde las mentes más aventajadas habían creado sus empresas. En los años 60, un programador, adentrándose en el corazón de un computador de estructura central, como el Ferranti Deuce, pudo observar los comandos —representados como "haces" de luz— pasar por un tubo al rojo vivo; el último "haz" debía ser "atrapado" antes de desaparecer. Si se dudaba, el "haz" se perdía y había que reescribir la línea de instrucciones.
En la evolución de la informática de consumo, los primeros PC estaban formados por un núcleo que integraba, en la placa base, prácticamente todos los componentes necesarios para su funcionamiento. Posteriormente, con el acercamiento de esta tecnología al usuario doméstico, se procedió a descentralizar el conjunto, haciendo que con ciertas ranuras o slots el propio dueño pudiese actualizar su equipo de forma sencilla y sin necesidad de un servicio técnico.
Surgieron los ordenadores clónicos que, ensamblados por pequeños montadores, integraban componentes de muy diversos fabricantes fácilmente reemplazables y actualizables.
En los años 40, aquellos enormes ordenadores que ocupaban habitaciones completas y sólo estaban al alcance de grandes corporaciones no contaban con un sistema que los gobernara. Por aquel entonces, la única manera de controlar las aplicaciones instaladas era examinar los valores de los registros, el funcionamiento de las válvulas y las luces parpadeantes que podían indicar algún error.
A partir de los 50, se comenzó a pensar en un sistema que pudiera controlar el ordenador. Con la llegada de la tercera generación de máquinas a mediados de los 60, llegó uno de los primeros sistemas operativos: el OS/360 de IBM. A partir de ahí comenzó el desfile que todos conocemos: MS-DOS, Unix, Mac OS, Windows, Linux... Poco a poco, el usuario doméstico ha ido acostumbrándose a las ventanas, a los menús desplegables y a que el PC se haya convertido en el centro de trabajo, pero también de ocio.
La evolución de las arquitecturas hardware ha supuesto importantes cambios en todos los segmentos que abarca la informática. Primero se produjo el salto de los míticos micros de 8 bits (utilizados en máquinas tan legendarias como el Spectrum, C64, MSX o Amstrad) a los 16 bits de los primeros desarrollos importantes de Intel (8086) y de Motorola (con el comienzo de su familia 68000). También resultó crucial el abandono de la generación de procesadores de 16 por la de 32 bits. Comenzó Intel con el 386DX (más tarde presentarían los 486, Pentium y sus secuelas), y le siguieron el Motorola 68020 y posteriores (utilizados en el Amiga 1200, por ejemplo), y los PowerPC, el famoso salto de CISC a RISC de Apple.
La generación de máquinas con arquitecturas de 32 bits ha sido la menos perecedera de todas, gracias en gran parte al dominio casi absoluto del sistema operativo de 32 bits, el más extendido en todo el mundo. Windows en sus diferentes versiones (9x, NT, 2000 y Millennium) ha sabido aprovechar el momento justo para aportar al usuario las herramientas adecuadas a este tipo de máquinas.
El salto a 64 bits permitió redireccionar más datos en un solo acceso a memoria. Éste es uno de los motivos fundamentales a la hora de desarrollar este tipo de arquitecturas. Debido a que los programas deben encontrarse en memoria principal para ser ejecutados, cuanto más grandes sean los bloques que se pueden mover por ciclo de procesador, mejor será el aprovechamiento del mismo. Antes de la aparición de los desarrollos de Intel y AMD ya existían algunos otros de 64 bits. Entre ellos destacaban los procesadores UltraSPARC, utilizados en las estaciones de trabajo de Sun, o los mismísimos G4 (nombre de guerra de los PowerPC 604 desarrollados por Motorola e IBM), protagonistas absolutos de la escena Mac.
Tiempo ha transcurrido, y desde luego no en vano, desde que las grandes computadoras, que llegaban a ocupar habitaciones enteras, sufrieran su ya consumada metamorfosis y pasaran a adoptar formas tan familiares como las de un ordenador portátil o un simple PC de sobremesa. De todos es sabido la enorme diferencia de capacidad de procesamiento que una máquina antigua suministraba en comparación con cualquier equipo de última generación.
No obstante, a la vez que han aumentando las diferencias a favor de la miniaturización, un gran y antiguo problema ha surgido para poner a prueba la capacidad de iniciativa de las empresas interesadas: el constante flujo de electricidad a través de los circuitos eléctricos y la proximidad de los transistores provocan el aumento radical de las temperaturas, lo que ha desembocado en un pronunciado desarrollo dentro de la tecnología refrigeradora con el fin de prestar un servicio eficiente y personalizado a cada una de las máquinas que lo requirieran.
Cuando eclosionaron los primeros supercomputadores cuyo volumen se medía en metros cuadrados, se idearon un sinfín de estrategias para satisfacer el hambre de información que estas prehistóricas máquinas demandaban. Tarjetas perforadas y demás artilugios de lo más rústico nacieron con el fin de guardar de manera permanente programas y datos. Es obvio que la tarea de introducir tarjetitas por una ranuras no debía ser muy agradable y no satisfacía con eficiencia las grandes necesidades nutricionales de tan monstruosos sistemas. La respuesta a estos problemas vino de la mano de dos propiedades fundamentales de la física y la electrónica, el electromagnetismo, que se sustentaba en soportes de cinta bobinadas.
Las variaciones eléctricas producidas por un cabezal grabador generaban campos magnéticos que quedaban registrados en el soporte permanentemente y estas oscilaciones podían ser captadas en un proceso inverso. Allí estaban, las llamadas cintas magnéticas.
Los propios disquetes, seguían prácticamente las mismas directrices. Inexplicablemente, ningún otro estándar había conseguido desbancar a este medio que únicamente admite 1,44 Mbytes. Una de sus mayores aplicaciones, por no decir la esencial, era la creación de discos de arranque. Las unidades extraíbles han sufrido un tremendo perfeccionamiento que ha sido posible gracias a los desarrollo de las tecnologías asociadas a la informática. Los antiguos disquetes han experimentado transformaciones que han propiciado el incremento espectacular de la densidad de almacenamiento.
Asimismo, parece increíble que con tan sólo 48 Kbytes de memoria RAM y microprocesadores que trabajaban a unos pocos megahertzios pudieran programarse auténticos clásicos imprescindibles en la ludoteca de cualquier aficionado.
Los tamaños del soporte físico han disminuido de manera notable. La naturaleza de la documentación es digital, tiene una mayor fiabilidad y los accesos son comparativamente mucho más rápidos.
Es curioso observar como con el paso de los años, el PC doméstico se ha ido «profesionalizando» cada vez más. Aplicaciones que en su concepción estaban pensadas para equipos de empresa o profesionales han ido llegando poco a poco al hogar, subiendo los requisitos de hardware por encima de lo lógicamente necesario.
Hoy en día, no hace falta revelar nuestras fotos en un laboratorio o acudir a un profesional que nos monte un video de aspecto inmejorable. Existen multitud de programas de software, muchos de ellos gratuitos, que han llegado al hogar para quedarse y que permiten convertirnos en profesionales en la creación de contenidos multimedia.
El principal objetivo para el que fue creado el primer equipo ordenador era puramente práctico. De hecho, su nacimiento fue respuesta a la apremiante necesidad del hombre de automatizar los procesos de control de datos y operaciones matemáticas básicas.
En cualquier caso, genios como fueron Pascal, Neumann o Babbage no habrían llegado nunca a imaginar en ningún momento la forma tan rápida y al mismo tiempo inadvertida en que la informática se ha introducido en nuestra sociedad, llegando a ser elemento imprescindible de la mayor parte de las operaciones que se llevan a cabo a lo largo del día en una ciudad cualquiera.
Ahora, el hombre dispone de potentes dispositivos que le facilitan la realización de la mayoría de sus tareas, hasta el punto de que lo que entendemos como "trabajo manual" ha quedado relegado al ambiente puramente rural; la escritura, dibujo, confección de planos, cálculos estadísticos, gestión de ingentes cantidades de información o transmisión de datos a altísimas velocidades son ya hábitos diarios en la sociedad urbana, y todo gracias a componentes de altísimas prestaciones y tecnologías, tales como los escáneres, impresoras láser, tabletas digitalizadoras, reconocedores digitales de voz, sistemas láser para almacenar información, etc.
La informática personal ha ido evolucionando hacia aplicaciones que permiten disponer de un medio de comunicación y de información extraordinario en cualquier momento y en cualquier lugar. Investigar y estudiar, trabajar, relacionarse y disfrutar gracias a la aparición de Internet y al desarrollo de tecnologías y dispositivos de todo tipo es posible, lo cual sin duda, tiene como gran protagonista a la gran autopista de la información y por extensión a la informática.
A nadie se le escapa el anhelo de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones por la miniaturización. De aquellos ordenadores que ocupaban una habitación se ha pasado en un par de décadas a los desktops, y de ahí en adelante a los palmtops, handhelds, teléfonos inteligentes, notebooks,...que se llevan en un maletín.
En el glosario: Ábaco — ENIAC — Hardware — IBM PC — Información — Informática — Microprocesador — PC — Sistema operativo — Software.
En biografías: Ada Lovelace — Alan Turing — Bill Gates — Blaise Pascal — Charles Babbage — Dennis Ritchie — Gottfried Leibniz — John von Neumann — Steve Jobs.Apartados: ¿Cómo optimizar y aumentar la velocidad de Internet? • ¿Cómo surge una idea? • ¿Existe la seguridad absoluta? • Consejos en la ergonomía informática • Consejos para aprender a programar • El auge de las redes sociales • En la búsqueda de archivos torrents • Entrevista laboral: cualquier cosa te llamamos • Herramientas de respaldo y recuperación de archivos • ¿Se puede estar sin Internet? • ¿Seremos dependientes de la IA como lo somos de Internet? • Una cursada diferente
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