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¿Cómo surgió la imprenta? Un viaje a los orígenes de la revolución del conocimiento

La imprenta tuvo sus inicios en China, un lugar donde, ya en el siglo VI, se utilizaba esta técnica para transferir elementos gráficos desde su soporte original a otras superficies, como papel o tela, entre otros materiales. Para ello, se usaba un molde o matriz cubierto de tinta. En sus primeros usos en China, las impresiones fueron xilografías, ya que se reproducían imágenes o caracteres tallados en madera.
Durante el período de los Song (960-1279) comenzaron a utilizarse tipos móviles; fue un alquimista llamado Bi Cheng quien inició esta técnica, basada en el empleo de cubos de madera sujetos a una superficie de hierro, en los que aparecían caracteres tallados. Tras entintarlos, disponía sobre ellos el papel y, realizando la presión adecuada, quedaban impresos los símbolos. Cheng utilizaba para sujetar estos moldes móviles una sustancia adherente que permitía despegarlos para ser reutilizados. Este procedimiento era conocido en el ámbito de Europa central a principios del Renacimiento.

Aunque siempre se piensa en Maguncia como la cuna de la imprenta en Occidente, es probable que fuera en los Países Bajos donde se imprimió con tipos móviles por vez primera, antes que en la ciudad alemana. En todo caso no resulta descabellada la hipótesis de que simultáneamente se estuviera trabajando en diversos puntos, en busca de desarrollar una técnica que permitiera producir libros usando un molde compuesto de letras individuales, en lugar de copiarlos a mano o imprimirlos con un bloque de madera tallada.
Al parecer, las primeras obras producidas fueron naipes y, sin duda, imágenes de santos; la xilografía más antigua que se conserva representa a la Virgen rodeada de cuatro santos; data de 1418. En esa época, comenzaron a tallarse planchas con textos en letras góticas, imitando los códices de aquel tiempo, como el Donatus, el Ars Moriendi, la Biblia Pauperum, entre otros. Se trataba de un procedimiento muy laborioso, que requería mucho tiempo. Ello indujo a buscar un medio de obtener los textos más rápido y sencillo.

Los tipos móviles: Johannes Gutenberg

En un primer momento, el molde utilizado en la imprenta era un elemento fijo en el que aparecían determinados símbolos —fundamentalmente letras del alfabeto o números—, o bien, diversas clases de imágenes y representaciones. Este molde se entintaba y podía ser aplicado sobre el papel sucesivamente, lo que daba origen a diversos ejemplares a partir de un mismo original. El avance decisivo para la difusión de la imprenta fue la sustitución de los moldes fijos por caracteres móviles.
Aunque la invención de los tipos móviles y reutilizables se atribuye al neerlandés Laurens Coster, la verdadera revolución en los procedimientos de la impresión se encuentra vinculada al nombre del maguntino Johannes Gutenberg. Este impresor, cuyo verdadero nombre era Johannes Gensfleisch de Sulgeloch, se instaló en Estrasburgo por motivos políticos —huyendo de las luchas que enfrentaban a burgueses y patricios en su ciudad natal—, y en esta localidad trabajó como grabador e hizo los primeros ensayos de su arte. Su principal aportación fue fundir letras, números y signos de puntuación como caracteres sueltos, y adaptar una prensa de uvas para ejercer presión sobre ellos, una vez entintados, para lograr así la impresión en pliegos de papel. Este es, en esencia, el fundamento de la imprenta primitiva (1440).
Las prensas fueron los primeros instrumentos mecánicos aplicados a la impresión tipográfica. La estructura de esta máquina es sencilla: está formada por una base inmóvil, resistente y plana, sobre la que desciende y presiona un dispositivo también en forma de plancha, la platina, cuya misión es comprimir. La platina está conectada a un tornillo que actúa a modo de palanca, multiplicando la fuerza aplicada sobre él. Sobre la base fija de la prensa se colocaban las matrices en relieve. Tras ser entintadas, por encima de ellas se situaba la hoja de papel. A continuación se hacía descender la plancha superior, accionando sobre el tornillo. Finalmente, se retiraba la hoja y en su lugar se colocaba otra. Durante el siglo XVI, diversos adelantos mecánicos lograron regular la presión de la platina y evitar las manchas de tinta que solían ser habituales.
El empleo de tipos metálicos posibilitaba su reutilización, algo imposible con los de madera usados anteriormente. El procedimiento consistía en ir colocando los tipos uno detrás de otro para componer el texto, junto a una varilla que los mantenía unidos. Cuando todas las líneas del texto estaban ordenadas, se extendía la tinta, se disponía sobre ellas el papel y se hacía descender una plancha. Para separar unas palabras de otras se usaban tipos sin relieve. Frente a la xilografía, este procedimiento aseguraba una impresión más precisa y permitía estampar por las dos caras del pliego.

Otro de los grandes innovadores de las técnicas de impresión en estos momentos iniciales fue Peter Schöffer, a quien se debe la idea de crear punzones para hacer las matrices y fundirlas en serie. No puede olvidarse tampoco a Johann Fust, suegro del anterior, que aportó el capital para llevar a buen término tan genial empresa. Ambos tuvieron relación con Gutenberg.
En efecto, hacia 1450, Gutenberg se asoció con Fust, quien, viendo en el proyecto de la imprenta un buen negocio, puso a su disposición los medios necesarios para realizarlo. Durante este periodo se imprimió la Biblia latina a doble columna, llamada «de 42 líneas». Su composición se inició en torno a 1452 y es la única obra que se atribuye con seguridad al alemán. Las relaciones entre los socios se enrarecieron, llegaron las desavenencias y con ello el final de la colaboración, quedándose Fust y su yerno Peter Schöffer con la imprenta, después de un pleito que perdió el inventor.
A partir de 1452, Gutenberg dirigió un taller del síndico Konrad Humery, en donde pudo imprimir varias obras, la más importante fue el Diccionario y Gramática latina, conocido como Catholicon, que vio la luz el año 1460. En 1465 el arzobispo Adolfo de Nassau le acogió en su palacio, donde permaneció hasta su muerte. El hecho de que Gutenberg no pusiera su nombre en ninguno de los libros que imprimió, dificulta enormemente la determinación cierta de sus obras.
En la etapa final de la Edad Media, los manuscritos se escribían y se copiaban generalmente en caracteres denominados «góticos»; lógicamente, la imprenta utilizó estos mismos símbolos para la reproducción en serie de los textos. Posteriormente, se introdujeron los caracteres «latinos», que alcanzaron fortuna rápidamente gracias a su mayor grado de legibilidad.

Las primeras obras

A la etapa central del siglo XV corresponde, además de la mencionada Biblia de Gutenberg, la impresión de las bulas de indulgencia encargadas por el papa Nicolás V para sufragar los gastos de las cruzadas, de las que se conserva un solo ejemplar en la Biblioteca de Múnich. Existe también una edición de otra Biblia, denominada «de 36 líneas» (1459). De acuerdo con algunos investigadores, previamente se habría impreso el Misal de Constanza, considerado como el libro tipográfico más antiguo conocido, cuya fecha podría remontarse a 1450 o incluso antes.
En estas últimas obras se hallan defectos de composición e impresión que no se aprecian en las citadas Biblias, lo que las convertiría, probablemente, en pruebas o primeras impresiones experimentales.

En 1457 se terminó de imprimir el Salterio de Maguncia, de enorme importancia en la historia del libro y de la imprenta, pues es la primera obra que indica el año de publicación y el lugar de impresión; lleva marca de impresor y colofón —anotación final donde se recogen, entre otros, datos cronológicos—, además de ilustraciones, y está realizada en más de un color. Como dato curioso, puede mencionarse el hecho de que contiene una errata —que sería corregida en la reedición de 1459—: en el colofón dice Spalmor(um) en lugar de Psalmor(um) .
Yendo a España, la primera imprenta fue instalada por Johannes Parix 1472, en Aguilafuente (Segovia); allí se imprimió un Sinodal en tipos romanos, el primer libro español del que se tiene noticia. En América, el primer país que contó imprenta fue México (1539). Al resto del continente llegaría en los siguientes siglos, con gran retraso, debido a la oposición de la metrópolis, que prefería enviar libros impresos antes que permitir que se imprimieran en el Nuevo Mundo.

¿Sabías que...?

La idea de los libros electrónicos —empleada por Michael Hart— no es para nada nueva, ya que el Proyecto Gutenberg comenzó en 1971 con el objetivo de pasar libros y todo tipo de material escrito a un formato electrónico. Gracias a él, hace tiempo que los primeros usuarios de PDA, e-book u otro tipo de dispositivos han leído multitud de textos electrónicos.

Ver también

En el glosario: AbanicoAnastálticoAntiguoAntimaculadorEstereotipiaCaja (Def. 1)Cierre de la formaImpresiónImprimirPrensaTipografía.

En biografías: Aldo ManuzioChristophe PlantinClaude GaramondHenri EstienneJohann FustJohannes GutenbergPeter Schöffer.

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