¿Alguien la está pensando en todo momento para que aparezca en su cabeza? O al contrario, ni siquiera se la trata de pensar. Será cuestión de estar en un lugar y que justo alguien cercano diga una frase y/o palabra, para que otro lo tome como el detonante de algo. Encima el que lo dijo, nunca lo pensó como una posible idea. Un movimiento, alguna facilidad que se necesite. Una canción que suena. Observa, escucha, lee, intuye... todo es una posibilidad para el "capturador de ideas". De alguna u otra manera todos estamos buscando algo, o si no, que aparezca, así sin más. No hay que olvidar que una idea va relacionada con emprender. Pero volviendo a la primera pregunta, ¿se está pensando la mayor parte del tiempo para que algo surja? No necesariamente. Porque cuando uno está sin pensar o sin forzar nada, es cuando las más brillantes ideas emergen. Por eso es primordial tener un anotador o algo semejante cerca, para registrar allí lo primero que nos venga. Es que puede desaparecer de manera efímera.
Cualquier PC moderno equipado con un microprocesador relativamente potente es susceptible de sufrir los efectos derivados de las nocivas altas temperaturas. Y es que los «micros», especialmente aquellos cuya frecuencia de trabajo es particularmente elevada y, en consecuencia, disipan una gran cantidad de calor, son las víctimas más evidentes del sobrecalentamiento que muchos ordenadores padecen. Las altas temperaturas son realmente perjudiciales para los microprocesadores. El problema más leve que puede aparecer en estos casos se manifiesta en forma de simples bloqueos y errores del sistema operativo ocasionados por fallos de cálculo cuyo origen se encuentra en las altas temperaturas a las que está siendo sometida la die del «micro».