Es extraordinario el avance de la tecnología, su uso y como ha ido transformando el modo de trabajar, socializar y hasta de tener la posibilidad de llegar a descifrar los intereses del otro. Los cambios que se fueron sucediendo, cambios que los usuarios también tuvieron que realizar e ir aprendiendo. Hace tiempo que ya poseemos diversas maneras o posibilidades de realizar diferentes vicisitudes, más simples, en cualquier momento, en donde se desee hacerlo y desde donde más cómodo uno se sienta. Es el caso de las herramientas que hacen todo por nosotros, de manera eficaz y sin ningún tipo de esfuerzo de nuestra parte. Sirva de ejemplo https://www.typeform.com/es/ en el cual hay distintas funcionalidades —adaptables para diferentes escenarios—, para realizar formularios, encuestas o cuestionarios online (con plantillas prediseñadas o personalizables). Estas resultan muy útil para conocer e interpretar a los clientes o usuarios. El saber que desean, que están buscando, cuáles son sus sentimientos o gustos personales... reflejan ser algo esencial para los objetivos de una compañía específica.
El enfrentamiento del siglo XX: Kaspárov vs Deep Blue
Desde los años cincuenta, miles de ingenieros, programadores y matemáticos estuvieron diseñando computadoras y todo tipo de software para hallar una aplicación que pudiera superar la imaginación e intuición de un gran maestro de ajedrez. Esta carrera llegó a su meta en 1997, cuando el poderoso ingenio informático de Deep Blue conseguía lo que no había logrado un jugador de carne y hueso: derrotar a Garry Kaspárov —considerado el mejor ajedrecista de todos los tiempos— en un duelo oficial. El proyecto de investigación de IBM que dio lugar a Deep Blue se había puesto en marcha en 1989, paralelamente a la búsqueda de un procesador que pudiera solucionar los problemas matemáticos más complejos, para luego ser trasladados al tablero de ajedrez. Los resultados que obtuvo la empresa estadounidense hicieron temblar las creencias de quienes confiaban en que las capacidades de una máquina nunca podrían superar a las aptitudes humanas.